Aún recuerdo cómo pregunto si me gustaban aquellas deportivas naranjas y amarillas que había en el escaparate de la tienda tan cara que tanto le gustaba.
Creo que por mi expresión supo rápido mi opinión, pero por si acaso añadí:
-¡Son horrendas! Además me gustan mucho las que llevas hoy, son mis preferidas.
¿Sabes? Esas eran las que llevabas el día que me besaste por primera vez, aquel beso que jamás olvidaré.
No te las quites nunca.
Ahora, después de seis meses se sigue poniendo esas zapatillas.
Quizás porque no tiene ningún recuerdo de nosotros, de mi, o porque le importa una mierda las zapatillas que llevaba aquel día y que a mi me gustaran tanto.
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Owww o tal vez si lo recerda, y bastante bien...
ResponderEliminarSeguro que cada vez que se las pone piensa en ti y sonrie. Que aunque parezcan chicos duros son todos igual de sensibles.
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